Libertad en peligro: La China comunista está comprando infraestructura, tierras y activos estadounidenses: vea estos ejemplos

 

Fuente: https://www.naturalnews.com/2022-11-01-china-buying-up-american-infrastructure-assets.html

Traducción y corrección de la traducción: Arkonte

Quedan muy pocas compañías en los Estados Unidos que realmente produzcan productos hechos aquí, en caso de que no lo hayas notado. E incluso aquellas empresas que todavía parecen tener su sede aquí son, en muchos casos, propiedad de la China comunista.

Tome General Electric (GE), por ejemplo. Esta importante empresa de electrodomésticos que existe desde siempre, originalmente con sede en Louisville, Kentucky, fue comprada por Haier una corporación china, en 2016.

Haier compró General Electric por 5.400 millones de dólares, lo que representa la mayor adquisición de un negocio extranjero de electrónica en China. General Electric técnicamente todavía tiene su sede en Louisville, pero la verdadera sede de la empresa ahora se encuentra en Qingdao, China.

AMC Theatres es otra empresa aparentemente con sede en los EE.UU. que ahora es propiedad de China. En 2012, una entidad con sede en Beijing llamada Dalian Wanda Group compró AMC en un acuerdo de $2,6 mil millones, transfiriendo la propiedad de las más de 8,200 pantallas de la compañía directamente a los comunistas.

Smithfield Foods, el productor de carne de cerdo más grande del mundo, fue arrebatado por Shuanghui International de China en 2013 por $4.7 mil millones, que en ese momento fue la mayor compra de una empresa estadounidense por parte de una empresa china (General Electric se convirtió en la compra más grande en 2016).

En su día también informamos que General Motors (GM), la compañía de fabricación de vehículos más grande de Estados Unidos, fue comprada en parte por Shanghai Automotive Industry Corp. en 1998.

Eventualmente, China intentará tomar posesión de usted y su familia
En 2005, la División de Computadoras Personales de IBM fue entregada a una corporación china llamada Lenovo, que compró la compañía por $1,250 millones . Se nos dice que Lenovo invirtió una tonelada de efectivo en IBM después de la compra, y también asumió alrededor de $500 millones en pasivos netos del balance general de IBM.

Spotify es otra empresa de propiedad parcialmente china que se unió a Tencent Holdings en 2017 como parte de una asociación mutua. A cambio de entrar en el mercado chino con la ayuda de Tencent, Spotify añadió otro escalón a la cartera en constante expansión de activos estadounidenses de Tencent.

A pesar de toda la adoración que está recibiendo últimamente, Elon Musk no está persiguiendo exactamente esfuerzos que beneficien a los estadounidenses. Su gigante Tesla también tiene una participación considerable en Tencent Holdings, que también posee parcialmente las compañías de videojuegos y redes sociales más grandes del mundo. En parte debido a la inversión de Tencent, Musk se ha dedicado a otros proyectos salvajes y favoritos como SpaceX, que continúan enriqueciendo al multimillonario a expensas de los intereses estadounidenses.

Microsoft, que todos consideramos una creación de Bill Gates, con sede en Washington, ya no es una empresa estadounidense, al menos no su división comercial de teléfonos. En 2016, Microsoft vendió su división de teléfonos con funciones básicas a FIH Mobile Ltd., lo que generó $350 millones en efectivo para la empresa. A los 4.500 empleados de la división se les ofreció una transferencia al equipo FIH Mobile Ltd, que tomó una nueva dirección bajo el liderazgo chino.

Hilton Hotels es otro negocio anteriormente estadounidense que fue comprado por el Grupo HNA de China, también en 2016. HNA es un gigante de la aviación y el transporte marítimo en China, y ese año adquirió una participación del 25% en Hilton por 6.500 millones de dólares, lo que la convirtió en el segundo mayor accionista de la empresa.

Ese mismo año, HNA también compró Carlson Hotels Inc., otra cadena hotelera que solía ser estadounidense. Tanto Hilton como Carlson continúan mostrando la imagen de ser marcas estadounidenses, pero detrás de escena es la China comunista la que mueve los hilos.

Uber, un servicio de viaje compartido similar a un taxi, recibió interés chino en 2014 cuando el gigante de búsquedas en Internet Baidu Inc. compró una participación considerable de $600 millones en la compañía.

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