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Fuente: https://www.eldiestro.es/2022/10/la-tierra-en-la-silla-electrica-4-mas-gripes/
Autor: Galo Dabouza
Dedicado al Dr. José Luis Sevillano, a Ricardo Delgado de la Quinta Columna y a los incomprendidos enfermos de electro hipersensibilidad EHS.
Decíamos ayer… que las epidemias de gripe de 1889 y 1918 coincidieron, la primera, con la implantación de la red eléctrica, y la segunda con la expansión de las comunicaciones por radio en la I G.M. También explicamos la imposibilidad de demostrar científicamente el contagio, pese a lo cual, hasta hoy, la dogmática ciencia oficial sigue considerando a la gripe muy contagiosa.
En la II G.M. se inventaron los radares, y una vez terminada, a causa de la Guerra Fría, tanto EEUU como la Europa occidental se llenaron de ellos para vigilar la posible entrada de aviones soviéticos. La Red de Alerta temprana, con miles de radares, se terminó en 1957. Casualmente, ese mismo año se declaró la pandemia de gripe asiática.
En los buques actuales, la escala que da acceso al puente donde se encuentra el radar muestra una señal de peligro homologada que prohíbe el acceso con el radar encendido. ¿Por qué será? (1)
Los radares trabajan en la banda de los Gigaherzios, igual que los hornos microondas, y por si el lector no lo sabe, estos hornos estuvieron prohibidos en Rusia, hasta que la caída del régimen soviético puso a sus autoridades al servicio de la industria occidental. (2)
A principios del siglo XX, los médicos occidentales, influidos por Freud, cambiaron la definición de la “neurastenia”, y le otorgaron origen psiquiátrico, en lugar de fisiológico. Lo llamaron “histeria”, “hipocondría” y otras lindezas. Con ello encubrían los daños producidos por los campos electromagnéticos CEM.
Sin embargo, en los países de la órbita soviética, siempre se admitió la peligrosidad de las radiaciones no ionizantes, así como el origen electromagnético de la “neurastenia”. Gracias a este conocimiento se realizaron numerosos estudios científicos sobre esos daños, de los que hablaremos más adelante.
La guerra fría siguió su curso, y como nueva medida preventiva, en 1968, EEUU puso en órbita decenas de satélites artificiales de defensa inicial. Casualmente, en julio de ese mismo año se desencadenó la gripe de Hong Kong.
En 2009 la OMS declaró la pandemia de la gripe H1N1. Pero eso es harina de otro costal, porque lo que más escaseó en aquella extraña pandemia fueron los muertos. Como demostró Wolfgang Wodarg, virólogo y a la sazón presidente de la Comisión de Salud de la U.E., la OMS está controlada por las empresas farmacéuticas, que le aportan el 80 % de su presupuesto, y para beneficiarlas cambió la definición de “pandemia” eliminando la exigencia de mortalidad. Desde entonces se puede declarar una pandemia de halitosis… y encerrarnos otra vez en casa, para que no le olamos el aliento al vecino.
Descubierto el pastel en 2009, los millones de dosis de vacunas que compraron los gobiernos (también a sueldo de las farmafias), se las tuvieron que comer con patatas, como explicó magistralmente Iñaki Gabilondo en un noticiario de 2010. (3) Qué pena, un pasado tan glorioso y un presente tan indigno.
Eso sí, los granujas aprendieron bien la lección, corrigieron sus errores, y sus conclusiones les permitieron organizar mejor la siguiente farsa: la “plandemia” Covid de 2020.
Pero eso es otra historia y será contada en otro momento.
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(1) https://serior.com/producto/senal-cartel-de-peligro-radiacion-no-ionizante
https://www.insst.es/documents/94886/162520/Capítulo+49.+Radiaciones+no+ionizantes
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