Fuente: https://www.eldiestro.es/2022/10/la-tierra-en-la-silla-electrica-1-introduccion/
Autor: Galo Dabouza
Aviso al lector por Arkonte: Hoy inicio la publicación de una serie de artículos bajo el nombre de La Tierra en la silla eléctrica publicados en su día por Galo Dabouza. Hasta el momento lleva publicados unos ocho artículos, los cuales iré publicando aquí de forma progresiva en este blog.
Dedicado al Dr. José Luis Sevillano, a Ricardo Delgado de la Quinta Columna y a los incomprendidos enfermos de electro hipersensibilidad EHS.
El objeto de este ensayo por capítulos es dar coherencia a la información que hemos recibido en los últimos años, puesta de manifiesto, fundamentalmente, gracias a “la Plandemia”. La precipitación precipita al precipicio. Si “Ellos” hubiesen sido más pacientes y lo hubiesen realizado a más largo plazo, probablemente muchos no hubiéramos notado nada raro. Levantada la liebre, ya no hay marcha atrás.
El planeta Tierra, hasta hace 200 años, no sufría más campos electromagnéticos (CEM) que los suyos propios y los que le llegaban del Sol y otros astros. A ellos está perfectamente adaptada la vida en el planeta.
Pero hace 200 años los seres humanos decidieron, en su inconsciencia, producir CEM nuevos, cuyos efectos al principio eran completamente desconocidos.
Estos nefastos efectos se fueron conociendo, hasta que en un cierto momento, intereses espurios hicieron que esa información se ocultase. El motivo es poder implementar mortíferas agendas, sin resistencia de la población.
Restauraremos esa información a los lectores, para que puedan adoptar las decisiones correctas, en base a información igualmente correcta.
Para manipularnos, muchas veces el sistema utiliza técnicas muy parecidas. Cuando las descubrimos, se neutralizan.
Una muy usada se explica con 3 Ms: Muertos, Mentiras y Miedo.
Los muertos los pone la naturaleza, y cuando no son suficientes, se fabrican de muy diversos modos, como se hizo en la “plandemia”.
Las mentiras transforman los muertos convencionales, junto con los fabricados expresamente, en trágicas víctimas de lo que interese en cada momento. Con una hábil campaña de propaganda, el resultado es siempre el miedo, mediante el cual la población permite que se pulvericen sus derechos y libertades a cambio de una supuesta seguridad.
En este canje, siempre obtiene ventaja el sistema.
El 11-S, el 11-M, el cambio climático, la guerra, preferiblemente nuclear, la escasez y el hambre, el caos social, oportunas pandemias… y como no pongamos remedio, incluso una invasión OVNI, como “La Guerra de los Mundos” radiofónica de Orson Welles en 1938, pero con mejor attrezzo.
Probablemente el sistema tenga en el guion otra pandemia para frenar las protestas y manifestaciones que se avistan, pero estas técnicas son absolutamente inútiles si se dirigen a un público inteligente y bien informado, refractario a las burdas mentiras que se le lanzan.
LA VERDAD ES EL ANTÍDOTO
Por el contexto actual nos centraremos en el aspecto sanitario del problema, para ver las manos ocultas que mueven el mundo, pero sin olvidar que todo funciona de igual modo. Vistas las contradicciones, se reconocen en cualquier contexto.
Es habitual que cada persona, en el área en el que se mueve, encuentre numerosas incoherencias, que pensará que son simples excepciones. Ingenuamente, piensa que el sistema en su conjunto funciona razonablemente bien.
Un maestro avispado sabe que la educación es una calamidad, pero pensará que la justicia funciona. Un abogado avispado sabe que la justicia es una entelequia, pero pensará que la medicina funciona. Un médico avispado sabe que la medicina no atiende principalmente a la salud de los ciudadanos, pero pensará que la política funciona, y así hasta el infinito.
Pues no. Nada es lo que parece, y TODO LO QUE NO CONOCEMOS, ESTÁ IGUAL DE PÚTRIDO QUE LO QUE CONOCEMOS BIEN.
Lo contrario sería incongruente.
La dedicatoria no es casual. El Dr. Sevillano y Ricardo Delgado, de la Quinta Columna, tuvieron la perspicacia de ver la realidad que aquí vamos a contar, y el valor de divulgarlo para advertir a sus semejantes. Los incomprendidos enfermos de electro hipersensibilidad EHS, como veremos en su momento, son la prueba de que todo lo que aquí se contará son hechos contrastados y no, como afirma la ciencia apesebrada, pura hipocondría. Tengo muy cercano a uno de esos enfermos, y sus infinitos padecimientos no son imaginarios. Los unos y los otros, cada uno a su manera, han hecho posible este trabajo y se merecen un reconocimiento.
Un fuerte abrazo a todos los ciudadanos despiertos, y hasta el próximo capítulo.
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