Fuente: https://www.eldiestro.es/2022/10/la-tierra-en-la-silla-electrica-6-mas-covid/
Autor: Galo Dabouza
Dedicado al Dr. José Luis Sevillano, a Ricardo Delgado de la Quinta Columna y a los incomprendidos enfermos de electro hipersensibilidad EHS.
Decíamos ayer… que la pandemia de Covid-19 fue una farsa montada en base a 3 enfermedades diferentes, re etiquetadas como Covid: la gripe común, multitud de otras dolencias (encubiertas mediante sobornos, timotest y ausencia de autopsias) y el síndrome de irradiación aguda (SIA).
Esto último es lo único que se podría denominar “Covid”, entendiendo por tal la enfermedad que produce esa neumonía bilateral atípica que asustó a tantos médicos y sanitarios.
Es importante saber que las neumonías causadas por microorganismos patógenos son en más del 90% unilaterales. El patógeno se suele afincar en un solo pulmón. Las bilaterales, sin embargo, son las típicamente causadas por agentes físicos (radiación) y químicos (tóxicos), que atacan simultáneamente a ambos pulmones. Casualmente, estas bilaterales son las que dicen que produce el virus sars-cov-2, y que lo diferencia de todos los demás virus ¿conocidos?.
Y llegados a este punto debemos informar al lector de que algunos de los más prestigiosos virólogos del mundo afirman que los “virus” no son agentes patógenos externos que nos enferman, sino excrecencias producidas por nuestras propias células cuando colapsan por algún motivo (exosomas), formados de ADN encapsulado en una proteína, y con ellos informan al resto de células del problema -el famoso ADN mensajero-. (1) En suma, no son la causa de la enfermedad, sino su consecuencia.
Las radiaciones electromagnéticas, como las producidas por la telefonía inalámbrica, interfieren el mecanismo de las porfirinas, moléculas que forman parte de la clorofila -sustancia que permite “respirar” a las células vegetales-, y de la hemoglobina -sustancia que permite “respirar” a las células animales-.
Así es como los enfermos de “Covid” se asfixian, aunque se les aplique ventilación forzada. La asfixia no es pulmonar, sino celular. La muerte de glóbulos rojos por anoxia (falta de oxígeno) produce coágulos de sangre (trombos) y viene acompañada de una reacción exacerbada del sistema inmunitario, conocida como tormenta de citoquinas. (2)
Exactamente lo que vieron los patólogos italianos y alemanes que desafiaron la prohibición de hacer autopsias. Gracias a estas autopsias clandestinas se pudieron desmontar los protocolos asesinos establecidos por la OMS para la “Covid”, que prohibían los antiinflamatorios, -como el ibuprofeno- (cuando lo que hay es una inflamación), e indicaban morfina, midazolam y ventiladores mecánicos (3). Estas fueron las armas con las que los verdugos, antes llamados médicos, cometieron el genocidio. (4)
Junto con el ibuprofeno, que resultaba un buen paliativo, se prohibieron varios tratamientos manifiestamente eficaces para curar el síndrome de irradiación agudo -ahora re etiquetado “Covid”-, como el dióxido de cloro, la ivermectina, el ozono y la hidroxicloroquina. Todo ello con el objetivo de negar la existencia de tratamientos eficaces, conditio sine qua non para poder autorizar bajo formato de “emergencia” (EEUU) o “condicional” (E.U.), una “vacuna”, en la que inocularnos la sustancia mágica que nos pondrá bajo control: el óxido de grafeno.
La ivermectina fue la causa del éxito rotundo del estado indio de Uttar Pardesh en su lucha contra la “Covid”, en que los enfermos -no confundir con fallecidos-, se redujeron a poco más de un centenar, en un estado que tiene más de 200 millones a habitantes. (5) La OMS sabe de su eficacia, a través de su delegación en la India, pero lo oculta al resto del mundo. ¿Por qué será?.
El dióxido de cloro se obtiene de mezclar el clorito de sodio con un ácido débil (cítrico o clorhídrico rebajado), y aquel es un medicamento declarado huérfano por la Unión Europea para el tratamiento de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). (6)
Casualmente, la ELA cursa con tormenta de citoquinas, y es el clorito de sodio el que la inhibe. Recordemos que, también casualmente, tanto la covid como el síndrome de irradiación aguda cursan con tormenta de citoquinas, que es lo que produce la mayor parte de las muertes. Sin embargo, ni la OMS ni los gobiernos autorizan el dióxido de cloro para su tratamiento. Paradojas. (7)
En su lugar, nuestras autoridades nos encerraron en casa, hundiendo el producto interior bruto y a la clase media -baremos de la esperanza de vida de un país-, y nos obligaron a poner mascarilla. Tan útil como un capirote rojo, cuando a lo que nos enfrentamos es a campos electromagnéticos CEM y tóxicos inoculados. De hecho no nos obligaron a ponernos ese capirote rojo, porque sabían que la resistencia sería un poco mayor que con la mascarilla, aunque cumple mejor la función real de la mascarilla: distinguir al dócil del díscolo. (8)
En suma, la “vacuna” no es la solución, es “el problema”, o más bien, uno de los objetivos inmediatos. Pero eso es otra historia y será contada en otro momento
1. https://www.sanasport.es/wp-content/uploads/VIRUS-UN-ERROR-DE-INTERPRETACION.-STEFAN-LANKA.pdf
3. https://health-desk.org/articles/como-se-esta-usando-el-midazolam-para-el-covid-19-es-peligroso
4. Documental ASESINADOS de Nauzet Morgade: https://www.bitchute.com/video/SfAGkQWGMsvy/ https://www.ivoox.com/9888-65039-covid-19-asesinados-documental-del-periodista-nauzet-morgade-audios-mp3_rf_65745058_1.html
6. https://ec.europa.eu/health/documents/community-register/2013/20130619126156/dec_126156_es.pdf
8. https://www.eldiestro.es/2022/05/la-mascarilla-en-el-entorno-laboral/
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