martes, 10 de enero de 2023

La Tierra en la silla eléctrica 19. Conclusión

 La Tierra en la silla eléctrica 19. Conclusión

Fuente: https://www.eldiestro.es/2023/01/la-tierra-en-la-silla-electrica-19-conclusion/

Autor: Galo Dabouza

A lo largo de este ensayo hemos visto que la Tierra entera está sentada en una silla eléctrica que han enchufado a nuestras espaldas, y cada cierto tiempo alguien suelta descargas cada vez mayores. 

Nadie nos avisó de la espada de Damocles que pende sobre nuestras cabezas. Al contrario, nos engañan de mil maneras, acusando a virus inexistentes de los daños producidos por esa silla eléctrica, porque saben que si la descubrimos, la desactivaremos. Ya estamos en ello.

El objetivo de este ensayo era poner al lector en alerta, y la próxima vez que note síntomas compatibles con el síndrome de irradiación aguda, o de electro hipersensibilidad, desconfíe si le dicen que se ponga una mascarilla o una vacuna para protegerse de otro inexistente virus. Y si es otra persona la que los nota, que no entre en pánico temiendo un inexistente contagio. En estos casos, además de aplicar el criterio policiaco de “busca el dinero”, que sigue funcionando a la perfección, podemos aplicar también otro nuevo: “busca la antena”.

El nivel de corrupción que se trasluce de lo narrado en los capítulos anteriores ofrece al lector la sensación de que la oscuridad y la tiranía se acaban de apoderar del planeta. 

¡Al contrario! Esto ha ocurrido siempre, la diferencia es que ahora hay mucha más luz y lo vemos. 

Vivimos tiempos emocionantes, donde todo es posible, desde lo mejor a lo peor, e incluso una combinación, donde lo peor es el camino a lo mejor. Como la metáfora del bizcocho de Barbara Marziniak. Para elaborar un delicioso bizcocho, previamente debemos destrozar los huevos, y ensuciar la harina y el azúcar con ellos. Pero si metemos esa pringosa mezcla en el horno, disfrutaremos del resultado.

Estamos rompiendo los huevos y poniendo el horno a calentar, pero sólo unos pocos notamos el olor del bizcocho. Pronto serán más, y algún día serán todos. 

Los que estamos hoy en este planeta, de uno u otro modo, hemos elegido participar de este “horneado”, que algunos agoreros llaman apocalipsis. No podemos quedarnos de figurantes porque hemos fichado como protagonistas (del griego protos agonistés: el primer luchador).

Ya vimos que “Ellos” utilizan un arma torpe, rupestre y obsoleta: la mentira.

Nosotros luchamos con un arma eterna e invencible, muy superior al más potente misil atómico intercontinental: LA VERDAD. 

“Ellos” deben mentir para fingir que desean nuestro bien, porque si nos confesasen sus verdaderos planes los correríamos a gorrazos. 

Pero las personas despiertas, que cada vez son más, aunque oigan bonitas palabras de nuestros próceres, sólo ven crimen y corrupción. Incoherencia, en suma. 

Hay que tener la precaución de evitar a toda costa la violencia, porque es lo que “Ellos” quieren. Que se desencadene un caos violento que justifique medidas aún más extraordinarias. No les daremos ese placer. “Ellos” son cuatro gatos, y nosotros miles de millones. Sin nuestra colaboración activa están perdidos. Lo saben, y temen que sus esbirros (políticos, jueces, médicos, policías…) despierten a la verdad y dejen de colaborar activamente en su propia perdición. Eso es lo que hay que procurar, abrirles los ojos a la estupidez suicida de colaborar con un enemigo psicópata.

Personajes como el Dr. Antonio Muro, el Teniente Coronel Sánchez-Monge, el Dr. Sevillano, Ricardo Delgado, Bartomeu Payeras, Ana María Oliva, el Coronel Martínez-Vara del Rey y un largo elenco, que han hecho de la verdad su bandera, han roto la brecha y nos han mostrado el camino. Sólo hay que seguirlo.  

Vamos a cambiar el mundo, pero no con nuestra opinión, sino con nuestro ejemplo.

No hay retroceso posible. La victoria y el futuro son nuestros.

Tomémoslos.

Felicidades a todos los seres humanos almados encarnados en este crucial momento en el planeta Tierra.

Enlace al PDF completo: La Tierra en la silla eléctrica

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